Frente al Cabildo
Cuando renuncie al laburo dije que iba a cambiar mi forma de vida, no porque la que llevaba era insana sino que iba a agarrar “mis cosas” meterlas en una mochila y dejarla en la calle para que algún carritero las lleve.
Eran cosas viejas, que se hicieron nuevas de nuevo por misteriosos deseos del destino pero que ya no servían. Es como esa bicicleta que te regalaron a los 12 en Reyes y que luego te cansa, a los 18 la vez ahí y te vienen ganas de usarla de vuelta pero no va, intentas arreglarla pero no va. Son cosas que las deberían arreglar terceros y de las que vos no entendes nada. Sepan entender que estoy hablando con metáforas bien distorsionadas, disculpen.
Y lo logre, por mas de un mes y luego caí de vuelta. No vale ni volver a mencionarlas pero como verán el blog esta distinto y voy a tratar que pase lo mismo con todos los aspectos de mi vida porque queramos o no, las cosas cambian ;las personas que ayer estaban hoy pueden no estar, el grupo de amigos se agranda, se achica. Aquella comida por la que matabas ayer hoy no podes ni olerla y así… vamos cambiando, nos van cambiando pero lo importante es estar contentos con nosotros mismos.
Hay que tomar decisiones espontaneas, muchas veces con el corazón y el instinto, apagando un poco la cabeza (no del todo nunca pero dejarla en Sleep por lo menos). Hacer cosas que no hicimos, ir lugares a los que no irías normalmente, conocer gente nueva, satisfacer antojos, ayudar al de a lado y así…
Peor que tener malas experiencias, es no tenerlas.
¿O que me dicen al respecto? Y ya que estamos: ¿que les parece el nuevo cambio? A ver lectores anónimos si entran a decir que tal!