Por un verano con pancita
29 Nov
Hay que ponerse de pie y mirar el calendario para poder creer que estamos en noviembre ya otra vez. El año pasó volando. En un abrir y cerrar de ojos ya estamos en primavera, linda época para ser estudiantes y estar enamorados o en el peor de los casos ser un lekajá divorciado, no importa, las hormonas se mueven igual y al final es una cuestión de actitud nomás luego, por lo menos eso dice Fito, pero ¿qué lo que puede saber él de la vida? Bueno, sigamos…
Volvió el calor tan nuestro que tanto añoramos en invierno y que recién entrado ya empezamos a despreciar, así somos: no hay nomás bala que nos entre, por no decir otra cosa.
Y por supuesto, ante la inminente llegada del verano también volvió la caretona ida al gym. Nos pasamos todo el año en otra y cuando hay que sacarse la remera o pelar piernas en San Bernardino nos acordamos, casi misteriosamente, que había sido teníamos un cuerpo que hay que cuidar. No me malinterpreten, todo bien, a mí también me gustaría sacarme la remera con el lago negro de Ypakarai de fondo, pero después de tantísimos “el lunes empiezo el gym” dije: NO, no da y sobre todo no vas a ver cambio en tan poco tiempo, al fin y al cabo el esfuerzo es para poder decir un simple “yo fui”, que funciona de autoconsuelo más que nada. (más…)